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Profesor-Alberto
New zealand?
OMG. we don't know ... Desayunando recibí la llamada de mí padre indicando que había llegado por nosotros. Sobre las 8.40 salimos al centro comercial gran estación donde nos realizaron la prueba de Covic PCR requerida en NZ. Allí tuve la grata sorpresa de ver a mi amiga Diana F. quien solo había ido para […]

OMG. we don't know ...

Desayunando recibí la llamada de mí padre indicando que había llegado por nosotros.

Sobre las 8.40 salimos al centro comercial gran estación donde nos realizaron la prueba de Covic PCR requerida en NZ. Allí tuve la grata sorpresa de ver a mi amiga Diana F. quien solo había ido para despedirse, un bonito acto de amistad.

Aun faltaba algo! Al menos en nuestra cultura es importante: no puedes llegar con las manos vacías, debesl llevar algún detalle, en especial al rector del colegio. De inmediato fuimos al centro de bogotá y compramos algunas artesanías. Tarea en la que invertimos muy poco tiempo.

De allí salimos al aeropuerto. Sin algarabía ni espanto. Nos despedimos rápidamente de mis padres. Ingresamos directo al check-in y pasamos por mi terror.

Siempre pasar por migración Colombia me causa molestia.. (sé por que es) y esta vez el sistema electrónico fue el causante de mi dolor de cabeza. Sin embargo, se soluciono rápido.

Ya estamos listos para embarcar, pero antes algo de comer. Sin pensar entramos a Katios, un restaurante de pésima calidad y muy costoso. Con la promesa de no volver a comer allí nos vamos.

Pareciera que el tiempo estuviera completamente sincronizado para nosotros. Llegamos al conter y era momento de ingresar. Sentado en el avión, aún no reacciono del viaje que realizaremos.... con angustias y temores en mi corazón, pues más allá de la aventura, esta vez vendrán desiciones difíciles.

Los angeles es una ciudad enorme, aquí todo lo es! Las vías, los carros, las casa, los edificios... todo. También es caótica, bien la han pintado en las películas de hollywood.

Llegamos al aeropuerto a las 12.45 pm. Desde el hotel solicitamos taxi para el aeropuerto con la sorpresa que esta vez el valor fue exactamente la mitad del día anterior. Vaya sorpresa!!

El vuelo estaba programado para las 9.50 pm, entonces debemos esperar un buen rato. Hay varios counters para realizar el check-in, viajes a diferentes partes del mundo.... sin embargo creo que no es un lugar tan grande.

Decidimos buscar donde alimentarnos, sentarnos y esperar. De mi lado, he aprendido que buscar de comida sin torturar mi estómago: bowl or sándwich es lo mejor. Nuestro turno para realizar el check in era a las 5.50 pm. Sobre las 4.30 pm caminamos un poco y notamos que ya habían un par de personas haciendo fila. Nos unimos y logramos ser atendidos.

Y desde aquí se parte la percepción del viaje en dos: lo traumatico que es Estados Unidos y su aeropuerto (al menos como lo recordaba) y la calidez de los kiwis.

Muy amablemente nos atendieron en el counter, preguntaron por toda la documentación y en menos de 5 minutos ya habíamos entregado en equipaje: libres...jejejeje.

Faltaba enfrentar el caos de pasar por los controles de salida. Pero esta vez, me equivoqué, los controles fueron normales y sobre todo cálidos por parte de los oficiales. Muy diferente a como lo recordaba. Quizás se debe al bajo número de pasajeros que afrontan los aeropuertos por estos días.

Sentados y entre dormidos esperamos la hora de abordar. Notamos con curiosidad que la sala está relativamente vacía en comparación con otras experiencias donde un vuelo internacional  tiene un número de pasajeros generoso.

Una vez en el avión lo confirmamos: viajamos poco menos de la cuarta parte de la capacidad total del avión, podría decir que no más de 70 pasajeros. Eso es muy agradable, puedes tomar tres sillas para dormir, el servicio y atención es mucho mejor y te ofrecen repetir la comidas!

El avión a diferencia de lo acostumbrado, se encontraba muy bien cuidado: su sillería, baños y demás servicios para el pasajero. Es de mencionar que el control de bioseguridad es muy riguroso.

Durante el vuelo tuve la oportunidad de ver el amanecer. Claro, todos lo hemos visto. Lo particular de este es que el sol está debajo de nosotros entonces el cambio de colores ocurre de abajo hacia arriba. Fue muy bonito.

Trece horas duro el vuelo. Comida deliciosa y un té fantástico.

Una vez en Auckland no teníamos ni idea que tocaba hacer.... solo sabíamos que nos llevarían al MIQ.

Después de aterrizar, sin bajarnos del avión nos informaron que seríamos ubicados en Crishtchurch, ciudad que se encuentra ubicada a 1.30 horas de Auckland. Con un protocolo muy riguroso cual película apocalíptica nos llevaron a realizar el proceso de cambio de avión y controles de seguridad.

El aeropuerto muy acondionado y extraño. Estaba completamente desocupado.... solo la burbuja que llegaba de nuestro vuelo. Nuevamente debo anotar que el trato fue espectacular, no podría ser mejor.

Luego viajamos en un avión más pequeño a nuestro MIQ. Para sorpresa, al aterrizar y nuevamente sin bajarnos del avión un militar sube e indica como se procede.

Los militates son los encargados de transportar a los pasajeros a las diferentes locaciones para el aislamiento. Han separado por grupos más pequeños, aproximadamente cinco a seis personas. En este momento llevamos 40 minutos y no ha salido el primer grupo. No tenemos afán nos parece estar viviendo una película donde somos un peligro para la nación y debemos pasar todos los controles de bioseguridad.

Las medidas fueron: desinfección al descender del avión, cambio de máscara. Adicionalmente todo el personal estaba muy atento.... somos el virus. Todo el recorrido  terminó en el bus que nos lleva al hotel.

No es posible dejar la habitación hasta recibir la prueba.

Nos etiquetaron con una cinta de color según sea el caso:
Negro: prueba positiva
Azul: prueba negativa
Morado: ha estado en contacto con alguien tuvo covic
Amarillo: si presenta síntomas.

Nos han puesto la cinta amarilla, aunque la prueba salió negativa... 😞

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